Constantemente somos bombardeados por cadenas, mensajes que nos indican que si los enviamos a 10 o más personas, nos traerán una recompensa, un regalo y hasta un milagro. Lo mismo ocurre si no lo mandas; la vida te castigará e irás al infierno aunque no te hayas muerto.
Yo lo he dicho una y mil veces a mis familiares y amigos; no me manden cadenas porque las rompo, no creo en ellas, me parecen cosas de gente ignorante, me aburren cuando las recibo y por lo tanto no las envío.
Hoy recibí un video que me sirve de base para escribir acerca del tema. Las cadenas aunque hablen de Dios, de santos y de milagros, son creadas, producidas, orquestadas por personas, no siempre bien intencionadas que serán utilizadas como material de control cibernético, para obtener tu información y la de tus allegados o para crear alarmas innecesarias.
Para ello utilizan temas insólitos o lamentables que alertan y llaman la atención.
Algunas te piden que ayudes a alguien o que reces por ella, son sutiles y por tanto efectivos, no como antes que te ofrecían recompensas o te pedían dinero para un amigo perdido, como ocurría a comienzos del 2000.
Mi recomendación es que si desconoces el origen del mensaje no lo mandes, si el tema te parece interesante o digno de ser difundido, toma la idea principal y compártela tú, sin reenviar el mensaje original, especialmente hay que tener cuidado con nuestra gente “grande” quienes muchas veces creen que todo lo que sale en los medios o en las redes es verdad.
Recomendación, sólo. mira el origen del la información que te llega y piensa un poquito antes de re-enviarlo.
totalmente de acuerdo. Saludos a mi periodista de la infancia que admiré y admiro.
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