Tengo un tema que me ronda en la cabeza, a propósito de la “no resistencia” o resistencia pacífica de la que hablaba Mahatma Gandhi y que promovió el lider de los derechos humanos Martin Luther King. La semana pasada por su cumpleaños sus palabras las escuchamos una y otra vez en los medios de comunicación, incluso en mi iglesia se habló acerca de la “no resistencia”. La “no resistencia” aplica para todo, en lo social y en lo personal; se trata de defender lo que se cree, sin pelear contra el opositor.
Día a día tenemos la oportunidad de aplicar este concepto, y cuando me preparo para escribir acerca del tema me entra un mensajito por teléfono, es seco y contundente, cuando se trata de esa“persona” siempre es así. Intento responder de la mejor manera, sin que me afecte, pero la guerra
“sin armas” continua. No puedo evitar que me moleste y decido pensar y seguir aplicando la “no resistencia”.
Como ser humano quisiera responder como se merece: “ojo por ojo diente por diente”, sabemos que agresión genera más agresión, y para pelear se necesitan dos, entonces escojo poner la otra mejilla y me siguen dando.(Mateo)
Amigos no soy santa, pero sé reconocer a la gente mala y en este caso llevo 12 años poniendo la otra mejila, no va a cambiar, me digo y aunque me manden estiercol con caritas, yo continuo mándando flores.
El que hiere es porque ha sido herido, así que si alguien te hace daño, no intentes cambiarlo, trata de entenderlo y cambia tú, quítale el poder para que no te afecte, mantenlo lejos y si tienes que compartir con él o ella, no la enfrentes, no te resistas, tú tambien mándale caritas de esas que tienen la bocota grande.
A veces funciona escribir acerca de lo que sientes, romperlo, echarlo a la basura y cerrar la historia con un “ya te perdoné”.
