Mi prima dice que los hombres la han traicionado tanto que ante la menor sospecha de mentira reacciona, busca y siempre encuentra razones para dudar y sin muchas explicaciones desaparece. “Los hombres son mentirosos por naturaleza”, me comentó, cuando terminó con Alberto: “y lo peor es que lo hacen mal, siempre los descubro”.
La semana pasada me llamó para decirme que Juan Carlos, con quien lleva una relación record de cinco años estaba actuando raro.
Veían televisión, cuando entró el pitico de un mensaje, se levantó, se fué a la cocina y alli estuvo, lo que para mi prima fué un tiempo eterno. Quería preguntarle acerca del mensaje, pero por respeto no lo hizo, a ella no le gustarîa que le preguntaran quien llama o quién manda mensajes.
Ya era la hora para que Juan Carlos se fuera al trabajo, asi que apenas se metió a bañar, ella agarró su teléfono y alli estaba clarito el mensaje: “Te veo el Martes, estoy disponible a partir de las 6 pm.
El corazón se le salía por la boca, seguidamente empezó a buscar más elementos para confirmar la existencia de la “otra”, revisó la billetera y allí reconoció una tarjeta con el mismo nombre que identificaba el mensaje de texto (Jared )y debajo, el nombre de una mujer.
Copió la dirección el teléfono y el nombre, el día acordado para aquella cita, lo enfrentaría. Planificó lo que iba a hacer cuando los viera y a dónde se irîa, porque con el dolor de su alma, lo dejaría: “que fastidio amiga, no hay nada peor que terminar una relación durante los holidays”, me dijo llorando.
Yo la acompañe porque ella no podîa conducir.
La dirección nos condujo a un Centro Comercial en donde a distancia se leía el nombre “Jared”. “Ah! comentó mi prima- la amante trabaja en esa joyería”.
A la hora acordada lo vimos entrar, pero salió sólo y en su mano llevaba una bolsita dorada. Mi prima siguió llorando y yo también, nos abrazamos, en la bolsita iba su anillo.
