Friday, April 18, 2014

Ser y pertenecer


Si hay algo que nos cuesta cuando emigramos es desprendernos de las personas y las  cosas conocidas, ese espacio donde crecimos y que nos pertenece: los  amigos los vecinos, nuestra comunidad, cosas simples que nos identifican, olores y sabores. El señor del mercado, el que vende el periódico y hasta el loquito de la cuadra.

Como seres sociales, necesitamos el contacto con otros, con nuestro pasado y la historia  que nos trajo hasta aquí. Algunos venimos con la familia y con ellos intentamos construir algo parecido a lo que dejamos. Otros empezamos de cero.

Todos estos años me ha tocado construir nuevos espacios de pertenencia, en mi trabajo, en mi vecindario en mi iglesia. Por  fortuna he conocido mucha gente, algunos se han convertido no en la familia que me tocó, sino la familia que escogí.

Con ellos cualquier actividad es motivo de fiesta, son mi apoyo, la conexión con mi pasado y presente, puedo ser lo que soy y no preocuparme por las diferencias porque entre nosotros ser distinto es motivo para reir y crecer.

Ayer hablabamos de mudanzas otra vez. Trina se nos escapó sin decir nada, siempre la estamos esperando. Patricia anda por ahi,  cualquier día regresa. Ana se va por un año y desde ya planeamos en cuál parte del mundo será el encuentro.

Me duele pensar en las partidas, las despedidas, las separaciones de gente que quiero y con quienes no basta  contacto mínimo vía internet. No quiero  perderme sus cuentos, la secuencia de sus historias que son parte de mi cotidianidad, son un tesoro, especialmente ahora que soy grande .

Por eso entiendo tanto  a mi hija, cuando me dice, mamá no quiero dejar mi pais, aqui tengo todo lo que soy, lo que me pertenece y me hace felíz.