Monday, July 29, 2019

La felicidad, esas cosas simples que hacemos a diario.


Artículo del New York Time
De  Richard A. Friedman

Lo que nadar me enseño acerca de la felicidad

Todos quieren ser felices, pero mientras más perseguimos  a la felicidad, más esquiva se vuelve.

Un día, hace unos años, salía corriendo de la piscina empapado cuando un hombre con acento ruso me detuvo y me dijo: "Debes venir a nadar con el equipo".

Tenía unos 50 años, demasiado viejo para el equipo de natación, pensé. Pero el entrenador, Igor, ese era su nombre, insistió: "Veo que eres buen nadador".

Intrigado, y encantado con  la adulación, cedí y me uní a su grupo de nadadores. Los entrenamientos comenzaron a las 5:30 de la mañana, cuando la mayoría de las personas cuerdas estaban en la cama. No importaba porque no importaba cuán adormecidos estuviéramos, era garantizado que estariamos despiertos, si no eufóricos, cuando termináramos. Disfrutamos de nuestra camaradería y, aunque estábamos en diferentes niveles de natación, teníamos una cosa en común: queríamos mejorar.

Un día, nos quejamos de lo poco que progresábamos en nuestros tiempos, de lo lentos que éramos.

Cuando el filósofo de la piscina, Igor sonrió y dijo: “¡Oigan, están confundidos! La velocidad no es la meta; Es el resultado de una técnica hermosa y perfecta ".

Lo que realmente le importaba a Igor era la excelencia: el golpe eficiente. Una vez que dominan eso, argumentó, la velocidad seguirá naturalmente. La velocidad es el efecto secundario que resulta de nadar bien.

Últimamente he estado pensando que hay una lección que va más allá de la piscina. Todos queríamos nadar más rápido y cuanto más histéricamente lo intentamos, la velocidad se nos escapaba.  Lo mismo ocurre con la felicidad. Todos quieren ser felices, pero mientras más directamente perseguimos la felicidad, más esquiva se vuelve.

Todos hemos experimentado este fenómeno. Piensa, por ejemplo, en tus próximas vacaciones. Estás emocionado por ir a la playa o las montañas y relajarte con mucho tiempo libre. ¡Qué feliz serás! Luego, comienza a planificar lo que harás, lo que debes traer, para qué restaurantes necesitarás reservar. Muy pronto te sentirás un poco estresado por tu futuro placer.

Las investigaciones demuestran que pensar demasiado acerca de cómo ser feliz en realidad es contraproducente y socava el bienestar. Esto se debe en parte porque todo ese pensamiento consume una buena cantidad de tiempo y no es agradable en sí mismo.

Los investigadores detrás de este estudio, llamado "Tiempo de fuga en la búsqueda de la felicidad", asignaron al azar  una de dos tareas: a un grupo se le pidió que escribiera 10 cosas que podrían hacerlos más felices, mientras que el otro escribió 10 cosas que mostraban que ya estaban felices.

Luego se les preguntó a los sujetos hasta qué punto sentían que se les estaba escapando el tiempo y cuán felices se sentían en ese momento. Aquellos a quienes se les pidió que pensaran cómo podrían volverse más felices se sintieron más presionados por el tiempo y mucho menos felices.

Esto concuerda con el argumento que la periodista Ruth Whippman hace en su libro de 2016 "América, el ansioso: cómo nuestra búsqueda de la felicidad está creando una nación de naufragios nerviosos". Intentando demasiado ser feliz: descargar aplicaciones de conciencia plena, tomar clases de yoga, buscar -Ayuda a los libros -la mayoría estamos estresados escribe ella. Entonces, ¿qué debemos hacer en su lugar? Tal vez simplemente salir con algunos amigos, haciendo algo que nos gusta hacer juntos: "Estudio tras estudio muestra que las buenas relaciones sociales son el factor  más sólido y consistente de una vida feliz”.

Lo que me lleva de nuevo a la natación. Cuando nado, siento que tengo todo el tiempo del mundo, en parte porque gran parte de lo que marca el tiempo, mi vida cotidiana, se desvanece en el momento en que entro al agua. Y todo el tiempo estoy allí con mis amigos, obligados por el esfuerzo mutuo y bromeando sobre la vida.

Nuestra técnica ha mejorado, gracias a Igor. Tenemos una brazada más suave, nunca dejamos caer los codos, y una patada de aleteo más constante. Algunos días, nado un poco más rápido, pero incluso si no lo hago, me siento muy bien.

Al final, la felicidad es un efecto secundario de vivir bien, al igual que la velocidad puede ser el resultado de una excelente técnica de natación. Ahora, si me disculpan, me voy a la piscina.



Friday, September 14, 2018

Animalitos prestados


DONDE ESTAS VECINA?

Me gustan los animales, pero desde que murió nuestro perro “Bonche” hace más de 30 años optamos por no tener más mascotas, es doloroso perderlos, su partida duele tanto como la de un miembro de la familia. Sin embargo no por ello he dejado de tener animalitos prestados. 

Siempre lo he dicho, si te gustan los niños y no tienes, adopta uno o  juega con los del vecino, si extrañas a tu mamá o a tu abuela busca una en el vecindario, si te gustan las mascotas juega y dale cariño a ese que tienes al lado.

A Thumper and Belle  los adopté hace un año, empezamos a compartir galletas, juegos y huesitos. 

Me visitaban, entraban “ como perro por su casa” hasta la cocina, comían sus chucherías y no se iban hasta que el dueño venía a recogerlos. Eran minutos de amor y de alegría compartida sin títulos de propiedad ni compromisos, ellos sabían que yo los quería y punto.

Cuando me mudé hace unas semanas hacia el Norte de la Florida les expliqué que me iba, que sería más difícil jugar, creo que no entendieron. Ayer mi vecino me mando una foto de mis dos perritos. Como siempre estaban allí, frente a mi puerta, raspando el vidrio con sus uñas, tocando la puerta para que les abriera. ¿Qué sentirán? -me dije- ¿extrañarán a la vecina? Que alegría y que pena, me dio. 

Los animales son nobles, consistentes, desinteresados, dan amor sin pedir nada a cambio.


Hoy los iré a visitar les llevaré unos huesitos y les volveré a explicar que me mudé, que estoy más lejos, pero que existo y que los quiero.

Friday, March 30, 2018

Ser feliz, aunque sea a ratos, es ser feliz.


No sé qué convierte a una persona en experta en felicidad, ser feliz cada vez que uno puede, o estudiar acerca de la felicidad de otros y el por qué unos sí y otros no pueden ser felices.  

La felicidad permanente no existe, pero habemos muchos que creemos que es mejor intentar buscarla, por medio de una actitud positiva y de servicio, que ignorarla o cuestionarla como si se tratara de una práctica para gente ociosa y poco seria.

Mientras intento disfrutar de todo lo que la vida me da y crear anticuerpos que me preparen para responder a las cosas negativas que abundan, he estado leyendo acerca de la felicidad y el por qué gente exitosa que lo tiene todo, no es feliz. Me cuesta entender lo que le ha ocurrido a famosos, millonarios, exitosos quienes se quitaron la vida, hastiados de no encontrar una razón, un propósito que les permitiera despertarse con entusiasmo cada día.

Entre las lecturas y conferencias por supuesto me encontré con
Shawn Achor, profesor e investigador, experto en sicología positiva, quien dicta una de las clases más populares en Harvard; la que se refiere a la felicidad. 

Al referirse al tema comenta que cuando entró a Harvard algo que era poco probable, porque era bombero y venía de Waco, un pueblito de Texas, pasó dos años deprimido. Al principio, por supuesto estaba contento y agradecido por lo que le estaba tocando vivir, pero con el tiempo se sentía sólo en su mundo de privilegio, abrumado por la competencia, los retos y la ausencia de verdaderos amigos.

A pesar de sus cientos de investigaciones y estudios, el profesor Achor, no nos dá la fórmula para alcanzar la felicidad, pero si deja claro, que ser exitoso, no la garantiza y sostiene que  la felicidad es el resultado de una vida de servicio y propósito, en donde el brillo personal tiene sentido, cuando contribuye a que otros también crezcan y brillen.

En sus más de 12 años de experiencia investigando y dictando conferencias, les aconseja a las organizaciones que cuando promueven la felicidad y el servicio en sus empresas, no sólo ayudan a incrementar el éxito y la productividad, sino que contribuyen a crear un ambiente positivo y de solidaridad. 

Hay mucho que aprender y decir acerca del tema y  de este divertido investigador, pero no es el momento, ni tengo el espacio, lo traje como referencia para reforzar lo que creo; la felicidad  se logra en colectivo y mientras más trabajemos en función del otro, no sólo seremos más felices sino más útiles.





Saturday, March 24, 2018

Los telómeros que son y que hacen: explicación científica


Aqui les dejo varios artículos que hablan acerca de esta parte de los cromosomas, que contribuyen a la división de las células y a su envejecimiento y desaparición. Por qué vivimos lo que vivimos. El primero es el más importa ella, Elizabeth recibió un premio nobel por su investigación acerca de los telómeros.


https://www.youtube.com/watch?v=TMU4CtasPeA

https://www.youtube.com/watch?v=H7Sn7i0yMMw

https://www.youtube.com/watch?v=g_jSXM_LKP4

https://www.youtube.com/watch?v=nW2HjcPK_o8

https://www.youtube.com/watch?v=2VuFnTlmi9o

https://www.youtube.com/watch?v=U1NWPGmX1PM

Friday, March 23, 2018

La clave para rejuvenecer, tenga amigos.

La clave para rejuvenecer, tenga amigos.

Cuando me fui de mi helado, pero adorado Chicago, sabía que extrañaría a mis amigos, pero confiaba en que en Miami, con el calor y la población, en su mayoría latina, sería muy sencillo establecer de nuevo mi circulo social, para jugar, reír compartir, crecer  y mantener ese apoyo que tanto necesitamos los seres humanos, especialmente los grandes. 

Tengo apenas seis meses en Florida, pero noto que la gente está muy ocupada o preocupada porque está desocupada y en vez de buscar socializar, se aíslan, cosa que no es buena, ni para el cuerpo ni para el alma.

A medida que nos hacemos  grandes y tenemos menos responsabilidades con el trabajo y la familia, deberíamos tratar de mantener o crear nuestros círculos de apoyo y diversión, en donde se comparta la risa, el amor, la cultura y los intereses sociales.

Un estudio que leí recientemente, acerca del papel que juega el estilo de vida y el ambiente social en el envejecimiento, me ha motivado a escribir esta nota y a seguir fomentando la presencia de amigos en mi vida. No es suficiente el esposo y la familia, los amigos son fundamentales, incluso, podrían ayudan a retardar el envejecimiento. 

Desde hace años se viene hablando de una parte de los cromosomas que se le conoce como telómeros, están ubicados en la punta de los cromosomas, dentro de las células, y son los responsables de que la célula se multiplique. Cuando envejecemos, estamos deprimidos, solos o estresados, esta parte se reduce, se achica, pudiendo incluso hasta desaparecer, llegado ese momento, la célula deja de multiplicarse y se muere. En cada célula hay 23 pares de cromosomas, que se multiplicaran unas 50 veces en la vida de una persona. 

Si bien nuestras células tienen un tiempo de vida, hay factores que ayudan a que se acelere esa reducción. Los expertos señalan, que además de una buena alimentación, hacer ejercicios, reducir el estrés, una vida social activa es esencial. Es decir no se aísle, busque compañía, la soledad es mala consejera, los solitarios se enferman más y viven menos. Si le sobra el tiempo, ayude a otros, la compasión y una vida con propósito además de ser gratificante rejuvenece.




Friday, March 16, 2018

Guardar, como pa" cuándo? Tiempo de botar...


Aligera la carga, bota lo que no uses.

Hace algún tiempo como parte de mi libro “Cuando sea Grande”, escribí acerca de la herencia y la importancia de dejar las cosas claras, antes de que nos tocara partír. 

Cuando murió mi segundo marido, (de esto no hablo nunca, porque sólo viví con él un año) me quedé confundida, adolorida y con una herencia de recuerdos que no me pertenecían. Entre sus familiares repartí sus cosas, doné la ropa y las finísimas corbatas, fueron bien recibidas entre mis amigos. Eso fue fácil, lo complicado fueron los trofeos, los diplomas, las cajas llenas de fotos con una  historia que ni sus hijos querían preservar.

Por meses no sabía qué hacer, me entristecía cada vez que miraba sus pertenencias, sin futuro, ni dueño. Poco a poco les hice frente, muchas de esas cosas eran pasado, en donde yo no había estado. Me llene de valor, lloré otra vez, por lo compartido y lo boté.

Cuando me mudé de país, atrás dejé decenas de cajas llenas de fotos, recuerdos, premios, títulos, diplomas. Allá quedó una mesa “escultura de hierro” que como una cruz, acompañó a mi hija durante su tránsito de soltera a casada y que al momento de mudarse, llena de culpa  entregó a otro miembro de la familia. 

Hace unos días salió el tema y me recordó que la mitad del depósito de su casa estaba llena de cosas mías. Me puse a pensar y la verdad es que no recuerdo lo que dejé, no me importa ni lo necesito. Le dije que lo botara a lo que me contestó:  “mamá, estoy aquí, no puedo hacer nada, alguien se encargará”. 
Ese es el problema, digo yo, por qué dejar que otro se ocupe de algo que es tan de personal.

Hay cosas que representan mucho para uno, pero que seguramente nadie las querrá cuando ya no estemos. La antigüedades, las porcelanas, los libros, los cuadros, a menos que tengan un valor real, las cartas, los dibujitos de hijos y nietos, las fotos con los novios del pasado. Nadie quiere guardar eso, así que de una vez salga de todo eso que ya pasó.

No le dejen ese muerto a otro. Empiecen a revisar las cajas, hagan una purga, boten lo que no usen, y si tienen algo de valor que no estén usando, regálenlo de una vez, pero  pregúntenle primero al destinatario, si lo quiere. 


Amigos grandes, no hay que guardar tanto, como pa’cuando, vivir ligero y liviano hace la vida más fácil y además  ocupamos menos espacio.