Friday, March 30, 2018

Ser feliz, aunque sea a ratos, es ser feliz.


No sé qué convierte a una persona en experta en felicidad, ser feliz cada vez que uno puede, o estudiar acerca de la felicidad de otros y el por qué unos sí y otros no pueden ser felices.  

La felicidad permanente no existe, pero habemos muchos que creemos que es mejor intentar buscarla, por medio de una actitud positiva y de servicio, que ignorarla o cuestionarla como si se tratara de una práctica para gente ociosa y poco seria.

Mientras intento disfrutar de todo lo que la vida me da y crear anticuerpos que me preparen para responder a las cosas negativas que abundan, he estado leyendo acerca de la felicidad y el por qué gente exitosa que lo tiene todo, no es feliz. Me cuesta entender lo que le ha ocurrido a famosos, millonarios, exitosos quienes se quitaron la vida, hastiados de no encontrar una razón, un propósito que les permitiera despertarse con entusiasmo cada día.

Entre las lecturas y conferencias por supuesto me encontré con
Shawn Achor, profesor e investigador, experto en sicología positiva, quien dicta una de las clases más populares en Harvard; la que se refiere a la felicidad. 

Al referirse al tema comenta que cuando entró a Harvard algo que era poco probable, porque era bombero y venía de Waco, un pueblito de Texas, pasó dos años deprimido. Al principio, por supuesto estaba contento y agradecido por lo que le estaba tocando vivir, pero con el tiempo se sentía sólo en su mundo de privilegio, abrumado por la competencia, los retos y la ausencia de verdaderos amigos.

A pesar de sus cientos de investigaciones y estudios, el profesor Achor, no nos dá la fórmula para alcanzar la felicidad, pero si deja claro, que ser exitoso, no la garantiza y sostiene que  la felicidad es el resultado de una vida de servicio y propósito, en donde el brillo personal tiene sentido, cuando contribuye a que otros también crezcan y brillen.

En sus más de 12 años de experiencia investigando y dictando conferencias, les aconseja a las organizaciones que cuando promueven la felicidad y el servicio en sus empresas, no sólo ayudan a incrementar el éxito y la productividad, sino que contribuyen a crear un ambiente positivo y de solidaridad. 

Hay mucho que aprender y decir acerca del tema y  de este divertido investigador, pero no es el momento, ni tengo el espacio, lo traje como referencia para reforzar lo que creo; la felicidad  se logra en colectivo y mientras más trabajemos en función del otro, no sólo seremos más felices sino más útiles.





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