Saturday, February 7, 2015

No le llegó, su matcho.com



Ayer fuí al trabajo de mi novio que toca piano en un restaurant de Chicago.
Me esperaban y me sentaron justo frente a él.

Al otro lado, una chica se tocaba el cabello, se reía sola y miraba con ganas al asustado pianista.

Cerca de ella un señor con su mujer sonreían y sin preguntar me mandaron una copa.

Mi novio le había dicho a todo el mundo que yo vendría, menos a la chica que estaba perdida y  continuaba su ataque de cabellos, ojos y trompitas.

No sé cómo pasó, pero de pronto la jóven dejó el ataque hacia mi pianista. Me miraba fijo e intentaba ganarme con sonrisas. A ese punto yo la odiaba, pero le sonreí de vuelta y me cambié de sitio para estar más cerca del “enemigo”.
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Alli me enteré que la mujer que intentaba seducir a mi novio, había planeado una cita a ciegas, y que el pianista, podría ser su candidato del “ mach.com”. “Que romántico -pensó la dama- futuro amor, planeó  el encuentro en su trabajo”.

Al rato, otro señor de cabellos grises como el pianista, se acercó a mí como si me conociera, sorprendida, le dije, no señor usted  a quien busca es a ella, pensando que ese sí era el “Mr Gray” de la cita. Sin mediar palabras, el caballero, le aplastó un beso en la mejilla y le dijo: “tu novio no hace sino hablar de ti”. La pobre seguía confundida, aquel tampoco era el hombrecito que  ella esperaba, sino otro cliente del bar, a quien mi novio le había comentado que yo vendría y se acercaba  a saludar.

La cosa no terminó allí, detrás del platinado ( Mr Gray) apareció una señora con actitud de pelea, no entendia  por qué,  su marido, habîa besado a esa chica, cuando estaba claro, según ella, que yo era la novia del pianista.

Todo se aclaró, en medio de risas,  cada quien se fué con su pareja, menos  aquella chica perdida, a quien nunca le llegó su Mr Gray del match.com.

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