Monday, February 2, 2015

No se perdió, está aquí.


Soy llorona por herencia, en mi familias las lágrimas y la risa salen fáciles, pero ayer en el cine lloré como nunca. Desde que empezó,  hasta que terminó la película.  Lloré tanto que tuve que esperar que la sala quedara vacía para salir.  Estaba hinchada y con la cara negra por el maquillaje que se había corrido.

“Still Alice” Siempre Alice, es una historia basada en un hecho real. La escritora, Lisa Genova, neuróloga, graduada en Harvard, vivió de cerca el Alzheimer de su abuela y trás años de investigación nos muestra la enfermedad desde el punto de vista del paciente.

La protagonista, una profesora de neurolinguística empieza a sentir los síntomas a los 50. Es bueno saber que 10% de los pacientes con Alzahaimer tienen menos de 65 años.

Ustedes dirán que  la vida tiene suficiente drama como para ir al cine a buscarlo, pero en esta ocasión me interesaba el tema y me senté en mi montaña rusa con susto, a esperar que me lanzaran sin anestesia “por ahi pa abajo”con aquella historia que conozco de cerca.

El tema del Alzheimer me tocá directamente, mi cuñado, un hombre noble y amoroso, que ocupó altos cargos en su carrera profesional, se nos perdió hace un tiempo.

Sí, lo perdimos, primero fisicamente, al desaparecer con una mujer, interesada en su dinero, luego descubrimos que su ausencia era producto del Alzheimer que le habia borrado la memoria. Cuando lo rescataron, miraba a su familia como quien mira un paisaje bonito, pero no conoce a los personajes.

La película es dura, pero hermosa, entiende uno que la vida esta llena de pérdidas y de ganancias. Me ví reflejada en esa mujer, que con humor y dignidad vive el día a día disfrutando lo que puede.

Después ví a mi  familia que acompaña a mi cuñado en su oscuridad, sin verguenza ni reproches, llenos de amor, honrando a ese ser divino que está allí.


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