Detalles, la vida está hecha de detalles.
Despierto y alli está mi cafecito humeante, esperando alegrar mi mañana.
Quiero escribir acerca del amor y pienso en los detalles que en verdad alimentan esa relación tan compleja que es el amor.
No en un 14 de Febrero comercial, en donde la publicidad nos obliga a celebrar a punta de regalos, cenas, flores hoteles y Dios te libre si no das un regalo ese dia.
El 14 de Febrero para nosotros los occidentales, es eso: una compradera y gastadera para recordar que el amor existe aunque sea una vez al año.
Su orígen, no es superficial ni pagano, es una historia de conviccion y fé.
Ese día, Valentin un pobre creyente encarcelado en Roma, fué enjuiciado por bendecir los matrimonios entre los soldados romanos, en una época en que ser cristiano era un delito.
Más tarde, se comprobó que Valentin podía hacer milagros y con el tiempo fué convertido en Santo....
Cuenta la leyenda que antes de morir, curó a la hija de su carcelero; le devolvió la vista y al despedirse le escribió una nota que decîa. Soy tu Valentin”.
De allí procede la fecha y el dicho, eres mi Valentin elegido para celebrar el dia del amor y la amistad...
Desde entonces, el mundo ha sido invadido de tarjetas con corazones, de chocolates y del rojo, rojito que representa amarse.
Yo también celebro, éste y todos los dias, porque amo y disfruto lo que significa quererse: complacer y ser complacido, sorpender y que me sorprendan, llorar y reir con las alegrias y tristezas del otro, construir minuto a minuto, nuestras historias, con sus vivencias y las mias.
Y este año amorcito de mi corazón...¿qué me vas a regalar?
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