Tu casa eres tú...

Muchas de ustedes han vivido en el mismo lugar por años y sus casas reflejan lo que han sido solas o en pareja: fotos, adornos, recuerdos; la vida en familia con todos sus capítulos. Asi somos los latinos nos encanta cargar con nuestra historia en pedacitos para pegarla cuando la nostalgia nos alcanza.

Desde que dejé mi pais mucha de mi historia se quedó en las cajas que le dejé a mi hija. No sé que hay alli, y no me importa.

No me traje nada, sólo algunas fotos en donde los que están y los que se fueron sonrien y me recuerdan que forman parte de lo que soy y en donde estoy.

No me gustan los adornos, sólo las matas y las flores forman parte de eso que llamo “mi decoración”.

Cuando me mudé sola, quería que mi casa  reflejara a la nueva yo, nuevos colores, sencilla y libre sin nada que tuviera que cuidar o mudar cuando me fuera, porque siempre me iba.

Ahora que tengo pareja mi lucha es constante, para que la casa que compartimos se siga pareciendo a lo que me gusta y quiero ver, no es fácil cuando vives con otro que tiene su propia historia y diferente estilo de vida.

Ayer cuando hablé con mi amiga que se fué a Arabia Saudita me contó que por fin se siente cómoda en la casota donde vivirá, mientras enseña liderazgo a las niñas ricas de allá.

Guindó unos cuadros, sacó sus fotos, puso matas y velitas, cosas simples pero importantes que muestran lo que ella es.

Nuestras casas reflejan lo que somos, por eso te invito a que mires alrededor, regala o bota lo que ya no te sirve, deja espacios vacíos y espera para que cuando los llenes sea con eso que se parece a ti.