A dormir mientras puedas...

Los seres humanos se pasan por lo menos 35% de la vida durmiento, si llegamos a los 90 habremos dormido 32 años de nuestro tiempo vital.

No es una crítica, al contrario si hay algo fundamental para la salud es dormir, por eso me  preocupa, cuando  algunas de mis amigas, viciosas del trabajo, me dicen con orgullo: “llevo una semana durmiendo sólo dos o tres horas”.

No dormir es serio, pues se afectan funciones básicas del cuerpo, especialmente las del cerebro, una de ellas es que se acelera el proceso de envejecimiento.

Lamentablemente, cuando somos “grandes”, dormimos menos y esto se debe, según  Clifford Saper, Jefe de Neurologia de Beth Israel Deaconess en Harvard que con la vejez disminuyen las  neuronas responsables del sueño: “mientras más células se pierden menos se duerme”.

Durante el sueño nos recuperamos, porque es en ese momento cuando el cerebro aprovecha para eliminar  los desechos acumulados durante el dia, el proceso es bien complejo, pero es algo así como que al dormir, en el interior de la corteza cerebral, todo se relaja y reduce, para permitir  que se produzca la eliminación de los desechos, es entonces cuando se regeneran las neuronas y ocurren  procesos metabólicos fundamentales para el funcionamiento del cuerpo.

Uno de cada cinco americanos sufre de falta de sueño, las consecuencias, según los expertos, se están viendo en un incremento en los  problemas cardiovasculares, presión alta, tendencia a desarrollar diabetes tipo 2. Incluso hay estudios que indican que el dormir poco sería uno de los responsables de la aparición del Alzheimer.

Hay que dormir, mientras podamos y si no ocurre de manera natural, mi tia decía que un vinito antes de dormir la relajaba, la viejita vivió 90 años, bien conservada y feliz, no sé que la mantuvo así, si el buen dormir o el alcohol...