Saturday, November 29, 2014

Boda'pa qué

 Yo no me hubiera casado por segunda vez, si mi novio de entonces no se hubiera enfermado. No necesitaba de un juez tampoco de un papel, para vivir con él y amarlo hasta que la muerte nos separará, lamentablemente eso ocurrio dos años después de estar juntos.

La verdad es que no quiero recordar ese drama, ni mucho menos el título de viuda que me gané después que se murió Michael. Traigo el tema para hablarles acerca de este amigo “retirado” que al igual que yo no cree que el matrimonio sea necesario para mantener a una pareja junta, pues no garantiza ni el amor, ni la permanencia, sobre todo cuando somos "grandes"; sinembargo, para hacer felíz a su novia, está dispuesto a firmar donde le digan.

Lo que no puede hacer es casarse por la iglesia, porque ya lo hizo una vez, y a menos que el Vaticano anule la primera boda, eso está prohibido.

El problema es que la novia es católica y tan conservadora que prefiere perderlo antes de seguir en pecado.

Ayer me habló resignado, “me voy a mi pais- mi novia dice que no podemos seguir juntos”. Al parecer, después de tres años viviendo en concubinato, ese fué el consejo del sacerdote y de sus amigas de la parroquia.

Le sugerí que se casará por otra iglesia: “lo intenté -me comentó- pero para ella eso es peor, sería como traicionar a Dios ”.

Y qué edad tiene? -Me respondió- “en un mes cumplirá 88”.

Qué qué? 88 años?. No pude contener la risa y le dije, mire amigo usted no es un novio sino un enfermero. Si yo llego a esa edad, y alguien como tú, me ofrece compañia, se toma un cafecito conmigo, me escucha y de vez en cuando me regala una sonrisa, soy capáz de pagarle.
Entonces, boda pa’qué.

Esta columna la escribí antes de que me dieran el anillo de compromiso... y sigo pensando igual, Boda pa'qué.

Thursday, November 27, 2014

26 de Noviembre, un dia muy especial, una sorpresa, me regalaron un anillo. No me pidieron matrimonio, sólo que me dejara amar por el resto de la vida... que más puedo pedir si yo también quiero lo mismo... gracias a la vida que me sigue dando mucho.

Saturday, November 22, 2014

Pisando firme para no caer (parte 2)

Mi amiga se cayó. Bajaba las escaleras, resbaló y fué a tener seis escalones más abajo, no se pudo agarrar, a pesar de que es fuerte y delgada.

Ella vive sola, lejísimo, por allá por Arabia Saudita. Me contó que nunca  se había sentido tan abandonada. 

Arrastrándose como pudo llegó al teléfono, quien como ella yacía desarmado a tres metros de distancia.

Llamó  a cuatro personas de allá y no recibió respuesta. Allí estuvo tirada en el suelo por horas. Con su familia, ni con nosotros  se comunicó porque cuando allá están despiertos, aquí dormimos.

Gritó y nadie la oía, se acomodó con lo que encontró y rezando esperó que amaneciera. Temía dormirse, porque dicen que cuando uno se cae es mejor estar despierto. Ella  se durmió y al despertó le dolía todo, se  alegró,-me dijo- porque si le dolía es porque estaba viva.

Como las mujeres de Arabia no manejan y no salen solas, a ella la recogen en casa para llevarla a la Universidad donde da clases, así que fue en la mañana cuando la auxiliaron.

De la experiencia de mi amiga aprendí que a medida que crecemos no deberíamos estar tan solas, si no hay pareja, busque vecinos o tenga amigos, mientras más cerca mejor.

Las escaleras son peligrosas y los zapatos altos también, si los tiene que usar para no verse chaparra, úselos para ocasiones especiales.

Vivimos en Chicago, expuestas a la nieve, a la lluvia y al frío, si tiene que caminar busque los zapatos más seguros y deje las carreras, una caída es mala a cualquier edad pero después de los "ti cinco" puede ser grave.

Mi amiga está bien, menos el del alma, se le quitaron todos los  dolores, me dijo: !Ay amiga! la soledad  es mala compañera, cuando somos grandes, es mejor tener compañía.



Saturday, November 15, 2014

A pisar firme para no caer.


A pisar firme para no caer. (Parte 1)


Hay muchas ventajas de ser grande y una de ellas es que no nos damos cuenta que hemos crecido y seguimos actuando como chiquitos.

Me pasa a mi y a mis amigas hay dias que amanecemos de 20 y nos provoca comernos el mundo. Salimos a cenar bien acomodaditas y perfumadas. Un hombre mira hacia nuestra mesa y pensamos: “listo nos van a invitar ”, cuando la verdad es que nuestra belleza, la de adentro, tarda un poquito más en ser detectada y las miradas son  para ver quienes son las gritonas y por qué no las callan.

La ventaja es que nuestro cerebro siempre juvenil sigue pensando que somos un atraco.

Una amiga a quien adoro y a quien hasta ayer le invitaban las copas apenas se sentaba en una barra, me comentó: “la calle está dura hermana”, es su manera de decir que los hombres ya no se acercan como antes y pagar una bebida, ni se diga.

Hace rato me dí cuenta de eso, así que estoy bien felíz con mi novio, el musiquito; si salgo con mis amigas, no tengo ninguna espectativa, pago mi cuenta me tomo un vinito y bien contenta regreso a casa.

Estoy aprendiendo a poner juntos la cabeza y el cuerpo, la cabeza quiere más vino y más baile, el cuerpo dice ya, ya  estuvo suficiente, a veces se me olvida y lo pago caro.

Me pasó en verano, me lance de un trampolin de cabeza,( tipo salto del ángel) para impresionar a mi nieto y al dia siguiente sentí que me habian dado una paliza, hacía por lo menos 40 años que no usaba esos músculos.

Amiguitas, seamos realistas, ya somos grandes, hay cosas que la mente quiere pero que el cuerpo ya no aguanta.

Pisemos firmes es tiempo de bajarse el tacón para no caer.


Sunday, November 9, 2014

Malas Noticias

No hay que ser un experto para saber que las malas noticias estresan y deprimen. Soy periodista o sea que mi alimento son las noticias, mientras más malas mejor, porque como me dijo una vez un profesor: “Buenas noticias, no son noticias”.

Sin embargo desde hace cuatro años, cuando oficialmente dejé de trabajar en informativos, decidí divorciarme del drama que significan las noticias. No ví más noticieros, ni leí más periódicos. En otra época a una persona como yo, la habría calificado de ignorante e indiferente, ya cambié.

Soy felíz estando desinformada de las noticias diarias y cuando alguién habla mucho de algo que hay que saber, busco mi teléfono veo los titulares y ya, las noticias de lejos.

Hoy estando en el gimnasio se me murió el teléfono y con él la música, asi que me conecté a la pantalla del televisior y que horror!!!... al final de mi media hora de ejercicios tenía taquicardia, estres y una tristeza infinita. O sea que salí peor de cuando llegué.

Las malas noticias enferman, en mi caso, tal vez es por la falta de costumbre.
Un estudio realizado en la Universidad de Montreal comprobó que las malas noticias afectan los niveles de estrés”.

Luego de  exponer a un grupo de personas  a “malas noticias” y analizar muestras de saliva antes y después del experimento, encontraron la presencia de cortisol ( hormona del estrés) después de darles sus buenas dosis de  malas noticias.

No estoy invitando a que ignore lo que ocurre a su alrededor, lo que  digo es que racionalice la presencia de noticias negativas, no hacen falta.

Su cerebro  reacciona ante “la mala noticia” como si la amenaza o la crisis fuera inminente y contra usted, en consecuencia responde con reacciones químicas que producen angustia, pánico y tristeza, como lo que me pasó hoy a mí.

Sunday, November 2, 2014

Un corazón perfecto


Constantemente me encuentro con personas que  me tocan el alma, gente con un espiritu grande a quienes con sólo escucharlas sientes que te elevas y creces.

Lorena tiene 50 años y sus dias podrían estar contados  porque necesita un corazón.

La entrevisté para el programa que produzco junto a Raiza Mendoza, para Gift of Hope.

Tenía frente a mi a un ser humano, hablando de la vida y de la muerte como si se tratara de los mismo.

He hecho cientos de entrevistas en mi vida y cuando se trata de hablar de temas difíciles, no puedo evitar involucrarme y sentirme afectada.

Lorena está  en lista de espera pero antes de que le llegue su corazón,en un par de años, intentará vivir con un corazón mecánico.

La semana pasada le tocó ver a su doctor y éste le preguntó: “Lorena, qué ocurriría si aparece el corazón perfecto y compatible para tí, pero es de un hombre que estaba preso, convicto por diversos crímenes”.

Esta mujer quiere vivir, pero si le toca partir -me comentó- que lo aceptará como parte de su ciclo vital me dijo estoy lista.

“Estoy luchando, vivo cada segundo, como si fuera el último, he visto crecer a mis hijos, he sido muy felíz con mi marido; claro que si Dios me manda ese “corazón perfecto”, aunque sea del hombre más malo del mundo, lo aceptaré felíz, tal vez ese sea el único y el último chance de ese ser humano de hacer algo bueno por su corazón.

Su comentario me puso a pensar, porque he sabido de enfermos que rechazaron un órgano sano porque pertenecía a una persona con historia criminal, temen que su vida cambie y afecte su conducta.

Yo creo que el corazón en el cuerpo, es como el motor en un auto tomará buenos o malos caminos dependiendo del conductor.